Hoy te quiero hablar del merecimiento. Una de las consecuencias de la baja autoestima es pensar que lo malo que te pasa te lo mereces. Se crea un estado mental de víctima, en el que eres la pobrecita, la de la mala suerte y claro, a esa, lo bueno no le toca. No es así, es cultural. Has crecido con un modelo familiar y social instaurado en el que se vive en el miedo.
Si le dices a tus padres que dejas el trabajo entran en pánico, a veces incluso, cuando saben que lo estás pasando fatal. Por eso tiene más merito cuando lo dejas, cuando te armas de valor y dices: ahora me toca a mí ser feliz. Te dás cuenta de que si los demás no cambian lo vas a hacer tú. Porque en el mundo hay gente que consigue lo que quiere, y parecen normales.

Te educan pensando que si vas a por lo que quieres eres una egoísta o una inconsciente. <<Ve por el camino marcado, no sabes lo que te vas a encontrar por ahí>>. Aprendes a estar asustada, pero no hay motivos. ¿Por qué lo sabes? Porque llevas toda la vida transitando el camino marcado y lo pasas mal. Te tratan mal. No consigues lo que quieres y estás harta de estar harta.
Por eso te digo: te mereces todo lo bueno que tienes y lo que está por venir. Si quieres más de lo bueno, sólo ve por ello. Cree en tí y descarta a aquellos que están demasiado asustados para darte buenos consejos. Pero no me creas a mí, compruébalo tu misma. Seguro que por el camino hay cosas que no salen como habías previsto y hay que corregir el rumbo. Pero estoy segura de que si miras atrás, también hay cosas que no has hecho bien y , quizá, ni siquiera te han dado satisfacciones más tarde.
¿A que esperas para decir <<Ahora me toca a mí ser feliz>>?
Deja una respuesta