
¿Cuántas veces preguntas a los que te rodean qué hacer en una situación concreta esperando que te ayuden a tomar una decisión? Muchas, pero lo irónico de la situación es que si preguntas es porque tienes clara la respuesta. ¿Guardo este vestido? ¿Tu que harías? Pues tirarlo, porque si quisieras conservarlo no lo dudarías. Pero así te han educado, para no pensar por ti misma. Esta mañana me he encontrado exactamente en esa situación. Estaba limpiando documentos de mi ordenador y he encontrado un título de un curso.
Al verlo he pensado, ¿para qué quiero esto? Y he preguntado a mis amigas. Enseguida me he dado cuenta de la situación y lo he borrado antes de que me dieran su respuesta. Me licencié en derecho y nunca colgué el título así que, si no quiero para nada un título oficial, para que guardar un titulillo de un curso. Exacto, para nada. La cuestión es, ¿cuántas veces te encuentras pidiendo permiso a los demás para dirigir tu vida? Yo ahora reacciono rápido, pero antes, era una esclava de la opinión de los demás y del apego a las cosas. Guardaba de todo «por si…».
Error. Si te aferras a las cosas estas creando una mentalidad de escasez. Si no lo necesitas, deshazte de ello. Y si tienes dudas de si guardarlo, es que hay que tirarlo. Este criterio también es válido para las personas. Cualquiera tiene un mal día, se puede enfadar, o estar triste y ser un incordio. Pero hay que tener claro si las personas que has elegido para tu vida, están aportando o no. A veces no aportan y otras, lo que aportan no compensan lo que te quitan.
En caso de duda, decídete por ti
Hacer limpieza es una necesidad. Piensa que la vida que ves es un reflejo de tu estado interior. Si te rodea el caos o la gente que forma parte de tu vida no te aporta es porque necesitas pensar en ti y darte tu lugar. Empieza por lo fácil. Tira cosas, si dudas, va fuera. Y mi recomendación es que hagas lo mismo con la gente. Si piensas que te perjudica, fuera. Desde que empecé a emprender me ha ocurrido en varias ocasiones. He conocido personas que durante un tiempo me han aportado, pero después, tenerlas cerca dejo de ser buena idea.
Cuando tu opinión no se tiene en cuenta ni siquiera cuando te encuentras mal, cuando te ignoran, cuando te hablan de mala manera… Ahí tienes claros síntomas de que no eres importante para los demás. Hace tiempo leí una frase que me gusto y decía <<No conviertas en una prioridad a quién solo te considera una opción>>. No va a ser fácil. Decir adiós cuesta, incluso en caso de que la gente te desprecie. Es fácil pensar que te has equivocado al elegirlos, que te han enseñado una cara falsa y has sido una ingenua, que empieces a dudar de tu criterio. Pero recuerda que eres humana.
Esa sensación se debe a la intensidad de la situación. Es difícil sacar personas de tu vida, pero es necesario. Al tiempo, te alegras tanto que te olvidas del mal trago. Pero por si aún no tienes claro que debes decidir voy a darte un ejercicio para que puedas tomar decisiones:
Escribe en un papel todo lo bueno y lo malo de esa persona sobre la que tienes dudas. Después puntúa cada una de esas características. Después haces la suma y compruebas si lo positivo supera a lo negativo o viceversa. No lo hagas mentalmente porque tu respuesta va a depender de tu estado emocional. Por escrito. Los números no mienten y los has puesto tu.
Si ahora que ya has decidido que quieres sacar a alguien de tu vida y empiezas a tener miedo de no saber cómo decírselo, de cómo se lo va a tomar, de que van a pensar los demás…Habla conmigo y te cuento cómo fortalecer tu autoestima para ser dueña de tu vida y poder pasar a la acción.
Deja una respuesta