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¿Alguna vez has oído la frase el mapa no es el territorio? Se refiere a que las cosas no son como tu las ves sino que son de manera objetiva. Tu solo las interpretas. ¿Y cómo haces esa interpretación? De acuerdo con tu propio mapa, es decir, con tus creencias.
Todo esto significa que no ves las cosas como son sino como tu crees que son. En realidad esto es un peligro porque ves problemas donde no los hay. Te limitas y te asustas innecesariamente. De ahí que mejorar tu autoestima sea una cuestión tan interesante para ti porque te ayuda a ver las cosas del modo más favorable para tus necesidades.
La baja autoestima distorsiona la realidad que percibes
Cuando la gente a tu alrededor se ríe, ¿piensas que se ríe de ti? Este es un ejemplo de cómo la baja autoestima te perjudica. Seguro que alguna vez has escuchado la conversación y, en realidad, no se reían de ti, pero lo pensabas. Entonces, ¿qué es exactamente lo que sucede? ¿Por qué distorsionas la realidad que vives si tienes la autoestima baja? Lo que ocurre es que tu autoestima te ayuda a valorar lo que te ocurre y lo consideras bueno o malo en función de cómo está. Las personas con la autoestima alta valoran muy positivamente sus fortalezas y le dan la importancia justa a sus defectos. Por ese motivo cuando les ocurre algo que se puede calificar de negativo en lugar de ver un problema, ven un reto.
Esta sencilla clasificación lo es todo: un problema es algo terrible y casi irresoluble. Genera ansiedad, miedo, y todas las consecuencias de estas dos circunstancias para tu cuerpo. En cambio, un reto, es un objetivo a cumplir. Es divertido ponerse a prueba para resolverlo porque se parte de la confianza necesaria en que se puede solucionar. ¿Te das cuenta de la diferencia?
Mejora tu autoestima y crea la realidad que te mereces
No creas que quienes ven los obstáculos como retos son mejores. A veces, es justo lo contrario. Seguro que te suena esta situación: niñas del colegio al que ibas que eran muy inteligentes y sacaban malas notas porque no se esforzaban y otras más normalitas que aprobaban todo porque se esforzaban a tope. Las primeras tenían, objetivamente, más opciones de conseguir buenos resultados con facilidad, pero no creían en ellas. Las segundas, claramente, tenían menos capacidad pero se esforzaban más. El resultado es que las metas cumplidas no dependen de quién eres sino de quién crees que eres.
Eso es autoestima, creer que eres lo suficientemente buena como para conseguir las cosas que pretendes. Darte cuenta de que nadie es perfecto y de que, a veces, tendrás que aprender cosas para seguir avanzando en tu camino. En realidad es un truco, porque no necesitas ser la bomba, basta con creerlo. Ahora me pensarás, pero si es mentira, ¿cómo voy a creerlo? Mi respuesta es que, no eres lo peor, eso también es mentira y si vas a creer en algo que no es cierto, mejor cree en algo que te beneficia.

Ahora vamos a ver un sencillo ejercicio que te va a permitir mejorar la forma en que ves las cosas a tu alrededor. Piensa en una situación que no consigues superar. Después analiza que piensas exactamente de la misma. Debajo de toda incapacidad de avanzar hay una creencia limitante sostenida por la baja autoestima. Una vez que identifiques el motivo pregúntate si conoces a alguien que haya conseguido lo que tu quieres ( y no me vale lo de que tienes mala suerte y los demás no). Si otra persona ya lo ha conseguido ya, significa que es posible
Si es posible significa que está a tu alcance. Quizá necesitas más tiempo y/o esfuerzo. Quizá aprender algo o pedir ayuda. En cualquier caso es más importante si piensas que lo mereces que tus propias cualidades. Empieza por hacer una lista de esas cualidades y ser consciente de cuanto vales y después, si hace falta, pides ayuda. Pero empieza a dar pequeños pasos que te acerquen a lo que quieres porque eso es felicidad, salir a buscar tus sueños pensando que, por difícil que sea conseguirlos, son para ti.
¿Qué te pierdes si tienes la autoestima baja?
Pues todo. Nos enseñan a vivir aplazando la felicidad. Cuando me jubile tendré tiempo para viajar, cuando me case seré feliz, cuando… El pasado no vuelve y el futuro es incierto. Solo tienes hoy, ahora. ¿Qué estás haciendo? ¿Disfrutas? ¿Eres feliz? Yo si, pero es algo reciente. Antes los meses de septiembre eran un suplicio porque suponían volver al trabajo después de las vacaciones.
Pasar de estar relajada y en buena compañía a tener la carga mental de hacer un trabajo que no me gustaba y estar rodeada de gente que no eran la mejor compañía era de lo peor del año, junto con celebrar la comida de empresa en navidad. Un día me harté, pero sobretodo me di cuenta de que esa realidad en la que vivía estaba distorsionada por mi forma de ver las cosas. No era real. Había gente disfrutando de su trabajo, organizando su vida a su manera y ganando dinero.
Ese click fue crucial. Decidí cambiar de vida. Ahora estoy deseando que llegue el lunes y me encanta que sea septiembre y volver a trabajar con mis clientas después de las vacaciones. ¿Cómo ha cambiado la película eh? Si tu también quieres hacerlo te contaré el secreto ( que no es tal) aumenté mi autoestima. Esa fue la clave. Ahora ayudo a mujeres, que como yo, no tienen la vida que quieren a fortalecerse para que se atrevan y funciona, vaya que si funciona. En breve subiré al podcast entrevistas con clientas mías para que ellas te cuenten cómo ha cambiado su vida.
Mientras tanto, escríbeme si quieres mejorar tu vida porque te diré con claridad si puedo ayudarte y si la respuesta es un si, será la mejor decisión de tu vida. Lo sé porque fue la mejor decisión de la mía.
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