Si. Pero, ¿Todos? Si, todos. Tú también. La cuestión es cada uno es valiente para una cosa. El otro día unos amigos saltaron en paracaídas. Y yo pensé, ni de broma, ¡Que miedo! Pero yo misma he caminado sobre brasas. A ver qué piensan ellos de eso.
Tú también eres valiente. Lo que pasa es que no solemos dar importancia a las cosas que nos atrevemos a hacer, por un lado, y que sólo salimos de nuestra zona de confort cuando la pasión supera el miedo que nos da una situación.
Pocas veces nos atrevemos a hacer cosas aue, de verdad, nos dan miedo. Ahí ya no hay tanto valientes. Al menos no de primeras. Ser valiente cuando dejas un trabajo fijo es duro. Ser valiente cuando no sabes de qué vas a vivir los siguientes meses también. Y ser valiente cuando inicias un negocio sin tener experiencia, eso ya es para nota.
La cuestión es que hay que atreverse porque si haces algo así, es porque realmente lo necesitas. Cuidado que no digo que lo quieras, es una necesidad. He pasado por la depresión en varias ocasiones y el origen es la incoherencia.
Hacer algo con tu vida que no quieres pasa factura. Tu salud se resiente. Además, de que eres claramente infeliz. Por eso, aunque te de miedo, da un paso al frente. Haz algo que te acerque a dónde quieres estar. Que te saque de dónde estás ahora.
Si lo haces, pasarás miedo, estoy segura, pero la recompensa no tiene precio. Porque pasado el miedo queda la satisfacción. Has decidido que tú, eres lo más importante. Llevas demasiado tiempo mirando por los demás y escondiéndote tras el miedo.
Pregúntate, ¿Quiero estar así dentro de 10 años? Si la respuesta es sí, adelante, no cambies. Si la respuesta es no, prepárate para ser valiente. Porque ya lo eres, pero no lo sabes.
Deja una respuesta