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¿Cómo? ¿Pero fallar no era malo? ¿Terrible, incluso? No. Eso es lo que te han hecho creer pero eres un manual de fallos andante, nunca mejor dicho. Tu no te acuerdas, pero cuando eras bebé, no sabías andar y un día empezaste a intentarlo. Pero tardaste lo tuyo y te caíste muchas veces. Pero lo has olvidado. No te acuerdas de que para conseguir cosas en la vida hay que proponerse una meta y ponerse a ello. Tampoco recuerdas que fallar (caerse) es parte del proceso. Pero es así. Por eso te doy la enhorabuena.
Enhorabuena por haber fallado, porque eso significa que lo has intentado. La mayoría de la gente no es feliz, pero sueña con serlo, como si no pudieran intentarlo. Algunos lo intentan, fallan y vuelven a soñar con que caiga del cielo. Otras personas observan a los demás y descubren que hay gente que si lo consigue. ¿Por qué algunas personas lo consiguen y yo no? Esa es una buen pregunta de partida. Estas empezando a hacer las cosas de otra forma. Si investigas un poco, te darás cuenta de que fallaron muchas veces antes de conseguirlo.
Olvídate de las redes sociales. Busca en los libros de historia: inventores como Edison que fallaron, literalmente, miles de veces antes de conseguirlo. Abraham Linconl tuvo que declararse en bancarrota y perdió varias elecciones antes de convertirse en Presidente de los Estados Unidos. Ambos hicieron historia, ambos fallaron estrepitosamente en multitud de ocasiones. Por eso hay que intentarlo, porque fallar es la manera de llegar. Pero te han enseñado que el fallo es vergonzoso, que debes ocultarlo, que te hace débil y serás el hazme reír.
Alégrate por haber fallado, lo has intentado
Con esto no quiero decir que te pongas contenta por fallar, de hecho, necesitas desahogarte. La cuestión es que cada fallo, si lo sabes leer y aplicas el aprendizaje, equivale a un escalón que subes en dirección a tu destino. Yo he cometido muchos errores. Antes los consideraba mala suerte, un castigo, como si eso fuera lo que mereciera. Esa forma de ver las cosas me ha impedido avanzar. Ahora pienso de otra forma. Ahora soy consciente de mis equivocaciones y aunque no me gusta cuando ocurre, saco partido.
He aprendido a ser una ganadora. Algunas cosas me salen bien y me alegro por ello. Otras son un fracaso, me duele, lloro, me repongo y le saco partido. Por ejemplo, la semana pasada hice un Taller presencial en el que he enseñado a un grupo de abogados, cómo aumentar sus beneficios aprovechando el estrés. Uno de los comentarios que me hicieron fue que les gustaba como me expresaba, mi forma de comunicar. ¿Sabes que tenía miedo a hablar en público? Siempre me ha gustado hablar pero pensaba que debía avergonzarme de mi.
Me di cuenta de que había situaciones en las que, si no hablaba, perdía mucho. Por ejemplo, en la facultad, si no entendía algo no podía estudiarlo. Pero levantar la mano en clase y que todos me miraran era un suplicio para mi. Ideé un plan. Me colocaría en la tercera fila y me escondería bajo mi pelo para que los que estaban alrededor mirándome, no me impresionaran. Funcionó. Empecé a preguntar. Empecé a entender. Empecé a soltarme.
Potencia tu autoestima y gana felicidad
Por aquel entonces, mi autoestima era bastante baja, imagina, no era capaz ni de preguntar en clase, así que mi decisión sobre mi profesión estaba clara: funcionaria. Al fin y al cabo, cuando piensas que no vales suficiente, necesitas un trabajo del que no te puedan echar. Entonces empecé a hacer los exámenes orales en la facultad, para acostumbrarme. Y me di cuenta de que se me daba bien, me gustaba. El miedo, mi creencia limitante, había desaparecido con aquel truco.
Pero seguía con la autoestima baja, y era muy infeliz. Estudiando para una oposición, muy exigente y con la finalidad de hacer un trabajo que no me gustaba. Hablaba muy bien en público pero había más creencias limitantes: no tengo memoria fotográfica. Pensaba que ese tipo de memoria era un elemento básico para aprobar y yo carecía de él, consecuencia, en mi mente era imposible que aprobara. Puedes imaginar mi sufrimiento. Pero seguí hasta que la enfermedad me paró.
Voy a saltar de esa época al momento en que decidí dejar de intentar que los que me rodeaban cambiaran y decidí cambiar yo. Puedes leer esa parte de mi historia aquí. Decidí invertir dinero en profesionales especializados en aquello que a mi me faltaba: autoestima. La mejor decisión de mi vida. Llevó tiempo y exigió compromiso por mi parte pero ahora, he dejado atrás los pensamientos que me lastraban. No eran los demás los que me dañaban, era yo pensando que no valía.
Cómo puedo ayudarte
Tanto cambié desde que empecé mi viaje emocional, que me di cuenta de que una de mis fortalezas era percibir el potencial ajeno y entender la fuente de su malestar. Era el mismo que había pasado yo, aunque, con distintas formas. Decidí que lo mejor que podía aportar al mundo era eso. Por eso dejé mi trabajo y me embarqué en la aventura de emprender. Desarrolle por escrito un sistema o método propio basado en los conocimientos que había adquirido en los tres últimos años y en mi propia experiencia.
Antes pensaba que era genial ganar dinero con mi trabajo, ahora mi trabajo es genial y por eso gano dinero. Me siento increíblemente bien cuando una clienta me escribe o me manda un audio para contarme sus avances, esas cosas, que antes de trabajar juntas no se atrevían a hacer. Ahora ellas, como yo, tienen días malos, pero con las herramientas necesarias, no solo los superas sino que te das cuenta de que antes la norma era estar mal.
Mi foco está al 100% en ayudarte a mejorar la autoestima, porque es una palanca que te sirve para todo lo que quieras conseguir en tu vida. Todos tenemos miedo y dudas, pero aquellas personas que tienen una autoestima fuerte, consiguen pasar por encima del temor a fracasar y del pensamiento de si estaré suficientemente preparada. Quiero que descubras cómo ser la persona que quieres ser. No se trata de cambiar, sino de que salga al exterior todo lo que tienes dentro y no te atreves a exponer por el miedo al que dirán. Quiero que descubras por qué sientes miedo a hacer ciertas cosas cuando otras personas se lanzan a por todas y lo consiguen.
Aprende a entenderte, adquiere las habilidades y herramientas que te permitan decidir sobre tu vida, dirigirla en lugar de ser arrastrada por la corriente, por lo que los demás esperan de ti. Aprende a quererte, a valorarte y así podrás disfrutar y dejar de pensar en cómo sería tu vida si te atrevieras. Entra en una experiencia de transformación que te va a llevar a empezar a actuar, con miedo, porque eso significa que estás saliendo de tu zona conocida. Al fin y al cabo, ahí ya sabes lo que hay y no te gusta. Lo que te gusta está más allá y no vas a estar sola, vas a tenerme a tu lado durante todo el camino.
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