Contenidos
¿Cuántas veces has parado este año? ¿Has tenido vacaciones? ¿Has desconectado? Es muy habitual la expresión <<No me da la vida>> y te entiendo. La cuestión es que durante un año hay tiempo para todo. Solo hay que plantearse como organizarse. Quizá tu piensas que no puedes o que no quieres parar. De nuevo te entiendo. He pasado por esa situación. Precisamente por eso se lo importante que es parar. Parece magia, pero cuando desconectas recuperas, no solo energía, sino también ilusión.
El otro día hablaba con una amiga que me decía que le encantaba el fin de semana porque podía desayunar. Me sorprendió profundamente la conversación. ¿Cómo que puedes desayunar? ¿Qué haces de lunes a viernes? Su respuesta fue, tomar un café o un zumo. Cuando te encuentras en una situación similar estas cansada y vives en piloto automático, como mínimo. No te das cuenta de que otra vida es posible. Pero es que hay un escalón más. Es posible que pienses que la vida es así. Que es lo que mereces, sacrificarte y dejarte en último lugar.
Te exiges muchísimo: buena madre, buena hija, buena esposa, buena en tu trabajo, y en forma, y con la casa limpia y cocinando y… La lista es interminable. A esto se le llama auto exigencia. Crees (porque así te lo han hecho pensar) que debes hacer todas esas cosas y todas bien. No es cierto. Ni tienes que ser buena en todas las áreas (básicamente porque es imposible), ni tienes que serlo todo el tiempo, ni tienes que asumir que esto va a ser así siempre. Pero romper ese patrón depende de ti.

Cómo mejorar los resultados reduciendo la auto exigencia
Quizá ya te habías dado cuenta de que eres la responsable de este sin vivir, y quieres ponerle fin. Pero aún no has encontrado el modo. Felicidades, tomar conciencia de que quieres cambiar es un gran primer paso. No te lleva donde quieres, pero te saca de donde estás. A lo mejor te estás dando cuenta ahora. No importa. Lo fundamental es darse cuenta.Ahora que ya sabes por qué te sientes así, vamos a ver que puedes hacer para cambiarlo. Cambiar da miedo, duele y es difícil. Pero llevas toda la vida haciéndolo, solo averigua cual es la mejor estrategia.
Cambiar voluntariamente es un reto para ti. Son muchos años (demasiados) viviendo de esta forma y ahora piensas que las cosas no pueden ser de otra manera. Estás en el primer nivel de resistencia: el yo siempre lo he hecho así. Déjame que te explique, con un ejemplo, por qué vas a decidir cambiar. Una vez me contaron que en una familia era tradición hacer una pierna de cordero al horno en Navidad. Pero había una peculiaridad y es que siempre le cortaban el hueso de la parte final antes de meterlo en el horno. ¿Por qué? Se pregunto un día alguien. La respuesta que recibió fue: <<No sé, tu abuela siempre lo ha hecho así>>. Al ver a su abuela le preguntó el motivo, su respuesta: <<Porque el horno era pequeño y no cabía entera>>.
Al cuestionarse las cosas descubrió un motivo que ya no tenía razón de ser para hacer las cosas de ese modo. Es lo que se llama un paradigma. Repites sin saber por qué, las cosas de un modo, sólo porque siempre se ha hecho así y no te planteas hacerlas de otra forma. Recuerda que tu planteamiento es que no te da la vida. Ahora piensa, si pudieras hacerlo de forma fácil y sin consecuencias, ¿qué cambiarías de tu vida? Si la respuesta es nada, enhorabuena. Si no, sigue leyendo.
Consecuencias de la auto exigencia
Cuando quieres hacerlo todo, siempre y además perfecto hay consecuencias:
1.- Estás agotada y no creas que feliz, porque lo más normal, es que la gente a tu alrededor no te lo agradezca. Y pensar que lo haces por ellos…
2.- Te pones enferma y sigues atendiéndolo todo. No porque seas imprescindible (aunque sí valiosísima) sino porque crees que debes sacrificarte. Es lo que has aprendido.
3.- Coleccionas enfermedades: ciática, depresión, ansiedad, insomnio, otitis…y un largo eccetera. Tu cuerpo te habla pero tu, has decidido, no escucharlo.
¿Para qué? ¿Cuál es el motivo de aceptar todo esto? Dudo mucho que alguien te reconozca tu merito. La vida no funciona así, más aún, creo que te van a decir que es tu obligación. En realidad, es a lo que has acostumbrado a todos. Quizá crees que te van a rechazar si no haces todo eso. O no quieres estar sola. Todo esto es comprensible, pero una de mis preguntas favoritas es: ¿cuántas vidas tienes? solo una porque no eres un gato. Quizá creas que tienes todo el tiempo del mundo pero no sabes si vas a vivir 30 años más o vas a morir hoy.
Por eso quiero que valores si todas esas consecuencias son lo que quieres para tu única vida y si merecen la pena. Por hoy, es suficiente. Me encantaría que tomaras acción y decidieras cambiar tu vida pero, precisamente porque lo he hecho, sé que es imprescindible que sea tu momento. Necesitas estar harta de estar harta para salir de ahí. Al menos es el camino normal. También puedes salir de ahí porque te encuentres con alguien que te inspire. Pero si te has dado cuenta y quieres salir pero no sabes como, no te fustigues, ya has avanzado más que la mayoría.
Estrategia para rebajar la auto exigencia
Te voy a hacer una sugerencia: implementa los cambios progresivamente. Es la mejor manera de conseguir resultados porque los grandes cambios aterran. Se genera una resistencia, seguida de un bloqueo y acaba en frustración, rabia y búsqueda de culpables. Este sistema de reacción al cambio, que es natural, te impide avanzar. Por eso lo primero es que sepas como reaccionas para que lo puedas identificar. Desde luego, el cambio disruptivo es el más potente. Yo misma dejé mi trabajo de un día para otro, aunque lo había pensado mucho, y tenía una estrategia, pero fue un cambio brutal.
La forma más dulce de hacer el cambio, evitando la resistencia y el bloqueo, es empezar en pequeño. Tu sabes mejor que nadie qué necesitas. Lo importante es que hagas cosas que sean para ti exclusivamente: darte un baño, dormir la siesta, irte de compras, salir a tomar un café… Lo que quieras pero para ti. Si esta decisión te hace sentir egoísta, tranquila, es una manipulación social y familiar. Es lo que siempre has oído. Te voy a ayudar a que se te quite esa sensación: tu planteamiento es que te sacrificas por los demás y ahí tu cerebro se siente cómodo. Piensa entonces, que cuanto mejor estés, más feliz, relajada y con energía, más puedes ayudarles.
Ahora que piensas que tus mejoras personales repercuten en los demás ya no te sientes tan egoísta ni culpable. Es un primer paso. Con el tiempo pensarás que te mereces lo mejor y te lo vas a dar, pero ahora, es pronto. Haz la prueba y descubre cómo te sientes. Creo que vas a darte cuenta de que te sientes tan bien que quieres más. Adelante. Descubrirás que una pequeña parada te da la vida, esa que antes no tenías y sobre todo, te permite pensar. Eso es crucial.
Esta estrategia la puedes implementar tu sola, pero a veces, necesitas apoyo para seguir avanzando, por eso aquí tienes un post en el que te hablo exclusivamente de avanzar cuando tu sola no puedes:
Deja una respuesta